La adolescencia es una etapa que se caracteriza por los constantes cambios físicos y emocionales. Surgen nuevos intereses, inquietudes y claro está: nuevos problemas. Nacen nuevos sentimientos y sensaciones físicas como el primer amor, el primer desamor, la necesidad de pasar más tiempo con los amigos y menos con la familia.
Todo este torbellino de pasiones, ya que en la adolescencia todo se vive con mucha intensidad, está acompañado por cambios corporales, que acentúan las diferencias entre chicos y chicas.
- La adolescente: se ensancha su cadera, comienzan a crecer sus senos. Se acentúa la redondez de sus formas y crece el vello del pubis y las axilas. A causa de la revolución de hormonas que vive su cuerpo aparecen además, los primeros granitos en la piel, más conocido como acné juvenil. Es momento además de la primera menstruación, que puede llegar a partir de los 10 años en algunas –todavía- “niñas” o por lo general entre los 12 y los 13 años. Es oportuno y necesario conocer que con la llegada de la menstruación también llega la posibilidad de quedar embarazadas en el caso de tener relaciones sexuales sin protección, de allí la importancia de contar con buena información.
- El adolescente: se ensanchan sus hombros, les crece la barba y les cambia el tono de la voz. Algunos, además, tienen desmedidos estirones en su altura y sufren la presencia del famoso acné juvenil. También sucede la primera eyaculación (liberación del semen por el pene). Esta puede darse como resultado de una estimulación voluntaria, pero también es común que suceda durante la noche mientras duermen. En esos casos se las llama “poluciones nocturnas”. A partir de ese momento, el varón tiene capacidad de fecundar, es decir, que, si tiene relaciones sexuales con una mujer sin cuidarse con algún método anticonceptivo, ella puede quedar embarazada.
Todos estos cambios corporales suelen generar vergüenza, inseguridad y preocupación (si llegan antes de lo esperado). Por eso es muy importante entender que son normales y que son parte del proceso de crecimiento. El cuerpo está empezando a cambiar. Una famosa psicóloga francesa Francoise Doltó*, explicó que esta etapa es comparable con lo que les sucede a las langostas: en un momento de su vida se desprende su caparazón y durante ese tiempo nada las protege, hasta que se les forma un nuevo caparazón de langosta adulta. Doltó dice que las chicas y los chicos que están ingresando en la adolescencia, que comienzan a “perder” el cuerpo infantil, están iguales que las langostas cuando cambian el primer caparazón.
Para ello es útil que el adolescente se informe y se nutra de toda la información fehaciente que esté a su alcance. Es bueno que pueda evacuar dudas, preguntas o preocupaciones pero en lugares o a profesionales confiables, ya que existen muchos mitos o informaciones erróneas.
Los adolescentes tienen derecho a la atención confidencial. Esto quiere decir que todo lo que hablen con el médico está protegido por el secreto profesional y nadie más puede saberlo. Siempre lo atenderán, aunque no vaya con sus padres. Puede ir solo o con quien elija.
En el Programa 12/20, contamos con un equipo de especialistas en adolescencia que pueden ayudarte. Un grupo de profesionales, especialmente capacitados, que reciben tus consultas y te contestan. Contanos tus inquietudes
*Francoise Doltó: Palabras para adolescentes, Buenos Aires, Ed. Atlántida, 1995.