Las personas afiliadas a IOMA pueden concurrir a dermatólogas/os adheridas/os a la obra social, con cobertura al 100% en caso de que las consultas sean en los policonsultorios distribuidos en todo el territorio de la Provincia.
Con la primavera llegó el calor y los riesgos de exponerse al sol fuerte, demanda prestarle especial atención al cuidado del órgano más grande de nuestro cuerpo: la piel.
Recordá que las personas afiliadas a IOMA pueden concurrir a dermatólogas/os adheridas/os a la obra social, con cobertura al 100% en los más de 200 policonsultorios distribuidos en todo el territorio de la Provincia.
El factor que más la afecta es la radiación ultravioleta (RUV), que proviene, fundamentalmente, del sol y los rayos UVA y UVB. Estos últimos aumentan entre las 10 y las 16 horas, por lo que se aconseja no exponerse al sol durante ese tiempo, ni siquiera con protector. Los UVA son altos durante todo el día y el año.
La exposición a la radiación UV es la causa más importante del cáncer de piel y la única que se puede controlar, ya que hay otros factores propios de cada persona que aumentan los riesgos, como la edad avanzada o los antecedentes familiares.
El índice UV es la forma adoptada internacionalmente para expresar mediante un número la intensidad de la radiación ultravioleta. Cuanto mayor es su valor, más alta es la probabilidad de que se produzcan rápidamente lesiones en la piel y los ojos. Un dato a tener en cuenta: las nubes dejan pasar el 80% de la radiación UV, de modo que, aunque no haya sol, debemos cuidar nuestra piel.
Quiénes deben extremar los cuidados
- Menores de 6 meses, ya que no pueden usar protector solar, y menores de 1 año porque, si bien pueden utilizarlo para alguna exposición solar ocasional, no es recomendable
- Personas con antecedentes familiares o personales de cáncer de piel
- Pacientes oncológicas/os, ya que el sol disminuye las defensas
- Quienes toman ciertos medicamentos que sensibilizan la piel, como diuréticos, para la presión, psicofármacos o antibióticos
- Personas con enfermedades fotosensibles (como el lupus), muchos lunares o con alguna infección activa en la piel
Ante una quemadura de sol, si es un enrojecimiento leve, lo recomendable es utilizar un producto postsolar e hidratarse mucho, y, si es más grave, recurrir a la consulta médica con profesionales de los más de 200 Policonsultorios o la cartilla de prestadores de IOMA.
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