Cuando pensamos en la Guerra de Malvinas, gran parte de la sociedad tiende a reflexionar separadamente sobre el conflicto bélico, como una cuestión ulterior a este período nefasto de nuestra historia. Esto se debe probablemente a la complejidad que resulta de la confluencia de los diversos relatos, imágenes y sentidos que circularon y circulan en torno al tema.
Pero así como la Dictadura truncó los sueños de muchxs jóvenes y militantes en la Argentina continental, también lo hizo en la Argentina insular, enviando improvisadamente a un escenario adverso a cientos de jóvenes que soñaban construir su propio destino, y cometiendo sobre la población de soldados conscriptos las mismas prácticas represivas que aplicaban contra el “enemigo interno”: torturas, tratos crueles y abandono. Esta decisión que tomó el gobierno represor e ilegítimo tuvo como consecuencia no sólo la pérdida de vidas en la guerra y la posguerra, además de severos daños psicológicos a quienes volvieron: también perjudicó abismalmente la soberanía nacional al llevarse por delante el reclamo pacífico y legítimo que sostenía la Argentina antes de 1982.
Fue necesario organizar, unir y poner en movimiento a los Centros de Ex combatientes de Malvinas, para que -junto a organizaciones gremiales, sociales y de derechos humanos- Argentina recupere el Estado de derecho y se refunde la Patria devastada.
El Instituto Obra Médico Asistencial (IOMA) -sus autoridades y fundamentalmente los trabajadores y trabajadoras- fue activo partícipe de esta refundación al crear un programa para veteranos de guerra, permitiendo el ingreso de ex combatientes y formalizando uno especial que concluyó en Marzo del año 2000 con la creación del departamento de Veteranos de Guerra de Malvinas, cuyo fin fue generar las condiciones médico-asistenciales adecuadas para los ex soldados y su grupo familiar, y así dejar atrás un estado ausente, ideológicamente desmalvinizado.
Las políticas de Memoria, Verdad y Justicia son la lente y el camino por la cual es necesario observar y transitar la Cuestión Malvinas, así como también necesitamos incorporar de cara al futuro las políticas de Soberanía y la Paz. Estos conceptos representan un cambio de paradigma en lo social y colectivo, donde cada trabajador y trabajadora puede y debe defender sus derechos libremente y así construir la solidaridad necesaria para que nunca más se le impida al pueblo decidir por sí mismo. Estos valores nos permitirán construir nuestro propio destino como Nación: Libre, Soberana, Igualitaria, Diversa, Justa, Independiente, Pacífica, integrada a nuestra América -la Patria Grande que el Imperialismo y el Colonialismo, camuflándose en nuevas formas, siempre buscó saquear, explotar, dividir-.
Volveremos a Malvinas de la mano de América Latina
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https://www.gba.gob.ar/jefatura/malvinas_nos_une