Así lo afirmó el médico y director del Instituto Superior de IOMA “Federico Kaski” (ISEI), Jorge Rachid, durante la Conferencia en Castelli “Salud solidaria y seguridad social”. En la apertura de la jornada estuvieron presentes Mariano Akino, secretario de Salud de Castelli, y el director de la Región Dolores de IOMA, Marcelo Seara.
El encuentro, realizado en el Cine Teatro Avenida de dicha localidad, fue organizado por el Instituto Superior de IOMA “Federico Kaski” –ISEI- y la secretaría de Salud de la Municipalidad de Castelli. Cabe señalar que antes de la conferencia, y como parte de la agenda de trabajo, el director del ISEI fue recibido por el intendente de Castelli, Sebastián Echarren, en la municipalidad de la localidad.
Luego, el doctor Rachid, continuó su recorrido visitando la Delegación de IOMA de la ciudad, donde también estuve presente el director Regional Dolores, Marcelo Seara. Posteriormente recorrió las instalaciones del Hospital Ramón Carrillo de Castelli, y en compañía de las autoridades, trabajadoras y trabadores de la institución de salud, Rachid manifestó que “El hospital de Castelli es mejor que cualquier clínica privada de las que yo conozco en el conurbano bonaerense”.
Dos modelos
En el marco de la conferencia, el médico sanitarista sostuvo que “Venimos de una guerra pandémica. El conjunto del pueblo argentino no pudo asumir que era una guerra que se dio en todo el mundo. No pudimos vencer la resistencia de sectores que bloqueaban las políticas sanitarias e impedían salir del juego binario, o estás de un lado o de otro. Dos modelos, uno que privilegia la vida y otro que no” destacó Rachid. Asimismo indicó que “la guerra pandémica dejó muchas enseñanzas. Y dolor: de la pérdida, de la muerte, de los mártires y héroes que entregamos para que nos cuiden: trabajadores de la salud, docentes, quienes trabajan en comedores escolares, recolectores de residuos”. A su vez señaló que “la mayoría del pueblo argentino hizo caso omiso a quienes convocaban a no vacunarse, a no usar barbijo. El sentido muchas veces es dominado por ese eje cultural que incluso destruye la seguridad social”.
El director del ISEI también se refirió a que la virus “desnudó algo, todos los pueblos del mundo habían naturalizado la muerte, el calentamiento global, la desertificación de la tierra, el uso de agrotóxicos. En el mundo mueren por hambre –en promedio- 24.000 personas por día, de los cuales 8.000 son niños. Este promedio es de los últimos 10 años. Nunca se declaró una pandemia por hambre, cada vez hay menos territorios, menos tierras fértiles, todo es un sistema de lucro que avanza sobre la vida de las personas. Y una molécula hizo un trabajo que, quizás deberían haber hecho los pueblos si no hubieran naturalizado esa situación”, sostuvo Rachid.
Solidaridad social activa
“Los jóvenes van a tener un nivel de disputa geopolítica en los próximos 30 o 40 años, que va a estar dado por la defensa del planeta, por la recuperación de modelos biocéntricos solidarios de construcción política” remarcó Rachid, al tiempo que agregó que debe priorizarse una “concepción de solidaridad social activa, a una concepción que tiene que ver con el mercado y la construcción de modelos macroeconómicos, por encima de las concepciones humanas”.
En otro pasaje de su exposición aseguró que “algunos quisieron meternos frente a la guerra pandémica con que teníamos problemas ideológicos con las vacunas. Para nosotros las vacunas no tienen ideología, los que tienen ideología son los contratos que hay que firmar por las vacunas. Nunca quisimos entrar en la guerra de los lobbys. Si el mercado era el ordenador social, tuvo que aparecer el Estado para poner el freno a una situación de guerra pandémica. Si lo hubiera manejado el mercado, como en otros lugares, ya sabemos lo que pasó donde decían “que venga la inmunidad”.
Por otra parte, el médico sanitarista destacó la importancia del estado, que acompaña el tiempo actual científico tecnológico y mencionó que hace 100 años, la pandemia de la gripe española mató a 80 millones de personas. Al respecto se preguntó “¿Por qué mató a 80 y no a 90 millones? Porque a los 80 millones se alcanzó la inmunidad de rebaño. Pero hoy tenemos la suerte de que los avances científico tecnológicos nos dieron una respuesta en tiempo real , es la primera vez en la historia de la humanidad que una pandemia logra frenarse en tiempo real, es decir aparece una herramienta que permite alcanzar la inmunidad antes de llegar a la inmunidad comunitaria, es decir en tiempo real”, enfatizó Rachid.
El rol del estado
Acerca de la respuesta a las urgencias que la situación sanitaria desatada por el COVID-19 subrayó que “Tenemos que reflexionar sobre la pandemia, por varias razones: la primera es que todos los Estados del mundo entendieron que había que rejerarquizar el rol del Estado frente al mercado: si el mercado era el ordenador social, tuvo que aparecer el estado para poner el freno a una situación de guerra pandémica”.
Asimismo recordó que los laboratorios que “Allá por enero/febrero de 2020 dejaron todas investigaciones de lado para investigar una probable vacuna contra el Covid. El 99% fueron financiados por los Estados. El Estado apareció nuevamente después de años, jerarquizado. El Estado debe ser el ordenador social por excelencia porque, sin Estado, no hay seguridad social”.
En este sentido, el doctor Rachid cuestionó a quienes pretenden achicar el estado, para bajar el déficit fiscal, ante esto expuso que “Yo creo que el déficit fiscal se baja cobrando los impuestos que corresponden a los ricos, y que todo el mundo se haga cargo. La manera más efectiva para la baja del déficit fiscal es a través de una reforma tributaria que sea absolutamente justa y no tan injusta como ahora”.
En cuanto al rol de los sistemas solidarios de salud, el director del ISEI aseveró que “Si el 91% de los aportes e inversiones los hacen los sistemas solidarios, por qué los sistemas solidarios no vamos a ser reguladores de los precios de prestaciones y medicamentos”. Al tiempo que manifestó que existe una gran fragmentación tanto n las obras sociales, en los hospitales públicos como en los sistemas solidarios, y esto lleva a que “el sector farmacéutico se lleve el 31% del la inversión en salud. Eso no ocurre en ningún lugar del mundo, donde no supera el 14%”.
La importancia de la seguridad social
El director del ISEI resaltó que existe un gran trabajo jerarquizar y apuntalar la seguridad social debido a que los esfuerzos compartidos son aquellos que rinden en lo colectivo y nunca en lo individual, y al respecto expresó que “Pretendemos que el eje de la seguridad social se transforme en un eje filosófico que nos permita vivir la vida con la ilusión de lo que estamos haciendo. La seguridad social nos da la posibilidad de trabajar por nuestros compatriotas, no desde el asistencialismo y beneficencia sino en la ampliación de derechos.”.
Asimismo, manifestó que existe un fuerte compromiso y convicción para trabajar en la situación de las personas más humildes, en este sentido sostuvo que “Tenemos que derrotar la pobreza, y esto se hace con un estado muy fuerte. Y cuando estamos en esta lucha, lo que emerge es la seguridad social. Cualquier persona que viva en la Argentina tiene derecho a la seguridad social porque la seguridad social se basa en tres patas muy sencillas: el que más gana aporta por el que menos gana, el más sano aporta por el más enfermo y el más joven por el más viejo”.
Para concluir, el médico sanitarista destacó la importancia de trabajar como nación sobre bases que permitan pensar a la seguridad social desde lo colectivo y no desde el individualismo feroz, y en este sentido subrayó que “la necesitamos por dos herramientas: por soberanía e independencia económica. Estas dos cosas nos van a permitir garantizar la seguridad social y la planificación estratégica para realizarla”.