Durante los últimos meses, aprendimos a convivir con una nueva realidad producida por la pandemia del COVID, y a lo largo de todo este tiempo hemos incorporado nuevos hábitos que nos ayudan a mantenernos protegidos. Posiblemente, en ocasiones puedan parecernos un poco molestos, pero la adherencia a estas pequeñas acciones es la forma más certera de cuidarnos. De la mano de este esfuerzo, va el avance y el trabajo de la ciencia por llegar a una vacuna.
Mientras tanto es fundamental, en la medida de lo posible, que nos quedemos en casa la mayor parte del tiempo. Ventilemos siempre los ambientes, limpiemos las superficies y los objetos de uso compartido, sobre todo los que usamos con más frecuencia.
Para aquellos casos donde es necesario salir, siempre deben usarse barbijos o cubrebocas y mantener la distancia prudencial con las demás personas. También es importante que utilicemos nuestros propios utensilios en oficinas y demás lugares de trabajo. Podemos compartir momentos, pero para no exponer a los demás no debemos compartir mates.
Evitemos tocarnos los ojos, la boca y la nariz. Y recordemos toser y estornudar en el pliegue interno del codo. Siempre y reiteradamente, debemos lavarnos las manos con agua y jabón. También, las soluciones a base de alcohol deben seguir acompañándonos por un tiempo.
Con los meses de calor las jornadas se vuelven más agradables y algunas actividades comienzan a realizarse con mayor frecuencia. No olvidemos cuidarnos y cuidar. Por eso, recordemos mantener todas estas pautas para seguir protegiéndonos entre todas y todos.