Con 26 años de vida, y en el actual contexto de pandemia, el Coro de IOMA debió enfrentarse al desafío de trabajar con modalidad a distancia. Hasta el momento, han realizado un video y están editando el segundo. Su director, Santiago Bucar, dijo al respecto que “escuchar el resultado es emocionante y trasciende las expectativas que teníamos”. Además, agradeció “enormemente a la Institución por darnos este espacio y por celebrar que el coro esté presente en un año tan difícil”
Un poco de historia
El Coro Popular IOMA comenzó a funcionar a principios de 1994, convocado por algunas/os trabajadoras/es que propusieron al director y arreglador coral de ese entonces, Guillermo Masi, hacer un coro de música popular latinoamericana.
El proyecto fue aprobado por el presidente de IOMA de ese momento, por lo que el coro tuvo su origen en marzo de ese año. Unos meses después, el actual director, Santiago Bucar, fue convocado para hacer la asistencia de dirección y continúa en sus funciones.
El grupo siempre tuvo entre 20 y 30 personas y no está compuesto solamente por trabajadoras y trabajadores de IOMA sino que es abierto a la comunidad. Para quienes no son parte del Instituto, muchas y muchos supieron de su existencia por el boca en boca o bien se sumaron luego de ver presentaciones del coro. “La Plata es una ciudad con mucha actividad coral y la gente, cuando escucha un buen proyecto, quiere cantar en esos lugares”, señaló Bucar.
La experiencia en primera voz
En marzo de 2020, cuando surgió la cuarentena, Santiago pensó el proyecto coral a largo plazo, “porque no se sabía cuándo iba a terminar”, de modo que adaptó el mismo proyecto que tenían para el año, pero dándole otra forma: a distancia, utilizando la tecnología disponible.
Palabras de Santiago Buccar ⇑
El proyecto anual consiste en arreglos de rock nacional (como homenaje), con ensamble de cuerdas. Inicialmente fue pensado para ser presentado a fin de año; ahora, debió ser trasladado a una versión multimedial.
Para ello, el primer paso fue que cada una/o de las/os integrantes debió estudiar en su casa los arreglos desde cero. Con asistencia de la partitura y de pistas grabadas, y las voces grabadas por Bucar, cada miembro tuvo que aprender la parte que le correspondía. El segundo consistió en el estudio de esa parte determinada.
Durante el proceso las dificultades fueron muchas y variadas: fue raro para las/os integrantes escucharse grabados y verse filmados. A su vez, tuvieron que contar con dos dispositivos para reproducir en uno y filmar, en el otro. Una vez realizado este proceso debieron enviar el material a su director, quien les hizo una devolución.
“Fue un desafío para ellos todo el trabajo”, indicó Bucar, debido a que no existe ninguna plataforma que permita ensayar en vivo con muchas voces. No obstante, “con ganas, superamos todos los obstáculos”, dice Claudia Rabinovich, miembro del coro desde que se gestó.
Palabras de Claudia Rabinovich ⇑
Los ensayos se realizan dos veces por semana, en días y horarios habituales y pese a que en la actualidad no se están haciendo presentaciones online, han participado de algunos encuentros corales, con videos de filmaciones en vivo de años anteriores.
Osvaldo Chierico, integrante del coro desde hace 26 años, dijo que lo vivido fue “una experiencia muy linda y distinta a la vez” y que “el resultado final ha sido maravilloso”.
Mauricio Álvarez, quien también participa en el grupo desde 1994, determinó que la pandemia del COVID 19 los enfrentó a distintos desafíos. “En lo personal, el más difícil fue escuchar ‘mi voz’ individual y en soledad, y que tomara un protagonismo ante mis oídos que en el canto coral generalmente no tiene”. Para ello, tuvo que acostumbrar su oído a su voz en soledad, porque al principio, dijo, se había convertido “en el más estricto crítico” de su propio trabajo, y ello le impedía avanzar. De todas formas, “solo con el apoyo de mi Director, Santiago Bucar, y el de mis compañeros coreutas en nuestros encuentros semanales virtuales, logré vencer esa dificultad y conseguir la confianza suficiente para colaborar en el trabajo coral grupal en el que ‘mi voz’ se uniría a la del resto de los integrantes”, finalizó.
Karina Belucci, otra de las integrantes desde sus inicios, expresó que fue “sumamente difícil, porque los ensayos se hicieron por Zoom, eran ensayos individuales por cuerda y el Zoom no permite escuchar a más de una persona hablando, entonces era imposible cantar”, de modo que debieron adaptarse al nuevo formato. Pese al trabajo y las contingencias que debieron atravesar, el esfuerzo valió la pena”
Palabras de Karina Belucci ⇑
Por su parte, Mario González, quien se desempeña en el coro desde el 2006, explicó: “Mi experiencia con la nueva modalidad de trabajo fue totalmente innovadora y enriquecedora” y agregó: “Aprendí mucho y me sirvió escucharme y verme para tener otra perspectiva sobre mi performance en el coro”. Además, puntualizó que con este grupo logró entender lo que es el “sentido de pertenencia” y que, si bien fue un camino largo y laborioso, lo disfrutó mucho: “Me dedico a sistemas y amo cantar. Mezclar esas áreas en un mismo trabajo fue enormemente gratificante y emocionante para mí”.
El coro post pandemia
Uno de los objetivos es presentar todo el trabajo que están realizando (compuesto por cuatro temas y videos actuales más otras cuatro obras anteriores, en el mismo formato) con alguna orquesta escuela de la Provincia, en vivo y con presencia de público.
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