El virus de la hepatitis C se contagia por medio de la sangre, es decir, cuando la sangre de un portador de la enfermedad entra en contacto con la de una persona sana.
Cómo la podés contraer
- A través de relaciones sexuales sin protección
- Por una jeringa
- Consumo de drogas por vía intranasal o intravenosa
- Por tratar una herida o hemorragia teniendo un corte en el cuerpo
- Mediante un tatuaje
- Tratamiento estético o procedimientos dentales, quirúrgicos y médicos que implican el uso de instrumetal esterilizado inadecuadamente.
Esta dolencia del hígado puede ser aguda o crónica y su gravedad puede fluctuar entre una dolencia leve a una grave, con secuelas de por vida.
Inicialmente, la manera de detectar el virus es con un análisis de sangre. En IOMA contemplamos la realización de estudios serológicos para arribar al diagnóstico. Si no se estudia tempranamente, con el tiempo, la enfermedad se acrecienta, ocasionando una inflamación en el hígado que puede finalizar con una cirrosis o cáncer hepático.
Si bien en la actualidad no existe ninguna vacuna contra la hepatitis C, sí hay medicación para tratarla y está cubierta al 100 %.