Lo dijo en su exposición el Director de la Escuela de Gobierno en Salud bonaerense, Mario Rovere
En la tercera y última de las Primeras Jornadas Prestacionales de IOMA, destacó la exposición del reconocido médico sanitarista y actual Director de la Escuela de Gobierno en Salud de la Provincia de Buenos Aires, Mario Rovere, quien tras repasar el desarrollo histórico de IOMA desde una aguda mirada política, concluyó que “se cumplen las mejores condiciones para la integración progresiva de los subsectores” sanitarios en Argentina, de modo que no exista un doble estándar para acceder a la salud, “salvo la necesidad de las personas”.
Desde el espacio virtual por el que a lo largo de estos tres últimos días desfilaron el ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollán; el viceministro Nicolás Kreplak, y el presidente de IOMA, Homero Giles; entre muchos otros, Rovere consideró que para analizar el sistema de salud actual –al que describió como “mixto y fragmentado”- es necesario “buscar en los orígenes”, ya que “la historia no solo nos dice lo que somos, si no también lo que estamos dejando de ser”.
Consideró que IOMA “cumple un rol clave en el sistema de salud de Argentina”, donde la corporación médica “rechaza abiertamente la seguridad social”, con “gremios y las obras sociales que se han inhibido de construir infraestructura propia”, aseguró.
Expuso Rovere que hay “una imposibilidad de articular adecuadamente entre los sectores”, pese a lo cual la “seguridad social existe por el gigantesco subsidio del sector público, no transparentado”, que hace factible que “cualquier persona, tenga la cobertura que tenga, sienta que el hospital público es suyo”.
“En Argentina el hospital es de calidad por ser policlasista –avanzó el profesional-, ya que la mejor forma de garantizar esa calidad para los sectores que solo tienen el sistema público es que esté abierto a todos”. En este punto puso como ejemplos la atención frente a la pandemia de coronavirus y los tratamientos con plasma de convalecientes.
Rovere analizó también las distintas modalidades de cobertura, en particular la del pago por prestaciones, “generalizada en obras sociales y prepagas y atractiva a los ojos de la corporación médica porque permite sostener la ficción del ejercicio liberal de la profesión”, opinó, sin pasar por alto que –al mismo tiempo- “es un estímulo permanente a la sobreprestación”.
Dijo, al respecto, que esto podría ser “inocuo, de no ser porque si los códigos de ética se relajan se pueden hasta fabricar patologías que no existen, diagnósticos y tratamientos innecesarios”.
El destacado sanitarista reforzó la idea de que se impone el objetivo de “garantizar el acceso a la salud para todos los bonaerenses, independientemente de dónde vivan o trabajen y aunque sea una tarea monumental”, convencido de que “el desafío o la utopía que nos moviliza políticamente es empezar por lo que están peor”, a fin de sortear “inequidades inaceptables”.
Rovere propuso desarrollar “articulaciones y puentes” entre los profesionales de los distintos sistemas de salud, “porque ellos son los mismos, trabajen para IOMA o para el ministerio de Salud”.
“Tenemos que aprovechar lo que la pandemia nos está enseñado, para detectar oportunidades y consolidar acuerdos donde sean factibles”, apuntó, así como “fortalecer el sector público para que pueda darles respuesta a todos”.
“Argentina no tiene tres subsectores equivalentes, porque el público es responsable del 100 por ciento”, concluyó Rovere, cerrando con una idea que escribió una niña rosarina hace varios años y él adoptó como frase de cabecera: “Cuidemos lo que es de todos, porque para algunos es todo lo que tenemos”.