Los cuidados paliativos parten de una premisa: aún en los casos en que no hay tratamiento curativo para el cáncer, hay muchas cosas para hacer.
Son los cuidados que los equipos de salud brindan a las personas afectadas por enfermedades crónicas, avanzadas o progresivas como el cáncer u otras (patologías neurodegenerativas, insuficiencia renal, etc.), destinados a aliviar el dolor y el sufrimiento. Cabe aclarar que nuestro Programa Cuidarte es exclusivo para pacientes oncológicos en estadíos avanzados de la enfermedad.
No se proponen prolongar ni acortar la vida, sino mejorar su calidad. Buscan dar alivio a todos los síntomas que se presenten, sean físicos, emocionales o espirituales. En el caso del cáncer, los Cuidados Paliativos deben ser implementados de forma continua y desde el diagnóstico, ya que esta enfermedad impacta notablemente en la calidad de vida de las personas afectadas desde los momentos iniciales.
Tratar los síntomas de este tipo de dolencias, los problemas psicológicos, sociales y espirituales que conllevan las mismas y los efectos secundarios de los tratamientos, son algunos de los objetivos de este enfoque, que busca el bienestar no sólo de los pacientes, sino también de sus familiares y cuidadores.
En cada uno de los diferentes momentos de la enfermedad, los cuidados paliativos pueden ayudar a aliviar el dolor, enfrentar problemas respiratorios, agotamiento, falta de apetito, dificultades para dormir, depresión, así como también a recibir apoyo y acompañamiento para garantizar el mayor bienestar y autonomía en las decisiones acerca de la salud y de la vida.
Dado que se orientan a brindar respuestas integrales a las personas afectadas por patologías oncológicas, los cuidados paliativos requieren la conformación de equipos multidisciplinarios (integrados por médicos, enfermeros, psicólogos y trabajadores sociales), cuya labor esté basada en la garantía de derechos humanos esenciales: el alivio del dolor y del sufrimiento y la dignidad de las personas.
El paciente como protagonista
Los pacientes son los protagonistas en el cuidado y manejo de su enfermedad. Tienen derecho a conocer todas las opciones de tratamiento. Tienen derecho a ser escuchados y a decidir junto a su médico el tratamiento a realizar. Los profesionales de la salud deben informar todo lo que pacientes y familiares quieran saber. Estar informados ayuda a tomar decisiones.