Comunicarse con niños autistas puede ser un desafío. Ellos suelen ser descritos como distantes y sin respuesta, casi como si estuvieran en sus propios mundos. Esta afección hace que la información sea procesada de distinta manera por el cerebro por lo que la comunicación es muy difícil y con frecuencia provoca frustración, lo cual sólo exacerba el problema. A pesar de esto, hay formas de hacer que la comunicación con niños autistas sea más exitosa y fácil para todos los involucrados.
- Concentrate en tu lenguaje corporal. Muchos niños autistas encuentran las palabras abrumadoras y confusas, y responden mucho mejor a la comunicación física. Permitile al niño comunicar lo que él quiera usando el cuerpo. Por ejemplo, un niño que quiere beber algo puede guiarte hasta la heladera, o puede señalar un juguete con el que desea jugar.
- Aprendé las señas propias del niño. Muchos niños autistas tienen su propia manera de comunicarse, la cual puedes aprender y usar. Por ejemplo, frotarse la panza puede indicar un dolor de estómago, o ponerse las manos en la cabeza puede ser una jaqueca. Aprenderás estas señales con el tiempo naturalmente, aunque los padres del niño pueden ser capaces de ayudarte a que lo hagas más rápido.
- Usá lenguaje directo. El autismo puede causar un marco mental muy literal, lo cual significa que los sentidos figurados y las metáforas no suelen tener sentido y pueden confundir y frustrar. Pensá en qué deseás decir y cómo podés transmitirlo directamente. Esto significa que el niño probablemente lo entienda inmediatamente, en vez de frustrarse.
- Considerá introducir sistemas de comunicación oficiales. Esto tendría que ser aceptado por los padres del niño antes de que se dé cualquier paso, pero puede proporcionar al niño otra forma de expresarse. Una opción popular es PECS (por sus siglas en inglés), o Sistema de Comunicación por Intercambio de Imágenes. PECS fue desarrollado para ayudar a aquellos con autismo, y puede ser utilizado a lo largo de la niñez y la adultez. El sitio web de PECS da información sobre cómo funciona el sistema y cómo implementarlo.
- Etiquetá habitaciones y objetos. Si el niño puede leer, esto lo guiará para que pueda decir la palabra, o le dará una oportunidad de indicar la señal correcta. Ejemplos de señales incluyen habitaciones como el baño; los juguetes con los que el niño podría querer jugar; actividades que podría desear hacer y alimentos y bebidas. También podés crear un juego de tarjetas que el niño puede entregarte para mostrarte qué desea hacer.
Como nos demuestran su amor
Las personas con autismo sienten, aman y sufren al igual que nosotros, solo que no saben expresarlo de la manera a la que estamos acostumbrados. Un autista no sabe la forma de comunicarnos que nos quiere, pero lo podemos notar porque busca estar donde estamos nosotros, su estado de ánimo cambia cuando nos acercamos, juega a nuestro lado (en lo suyo) o trata de imitarnos.
A qué jugar
Existen varias formas de acercarse a los niños con autismo, entre ellas algunos juegos, por ejemplo: Jugar a las escondidas (inicialmente se pueden tapar solo los ojos), repetir ciertas palabras (aunque no signifiquen nada), bailar canciones infantiles (si canta es mucho mejor) y acercarse haciendo gestos y sonidos que no le causen ansiedad al niño.
Aprender a comprender al autista, implica desear sentir y pensar como él; adentrarse en sus juegos y rituales lejos de acoplarlo a los nuestros.