Desde que tus hijos nacen y hasta la adolescencia, podés tener un cierto control sobre su alimentación. Tratás de proporcionarle una dieta saludable y balanceada. Pero a medida que crecen y pasan más tiempo fuera de casa, comienzan a escoger ellos mismos los alimentos y la dieta a menudo, se desbarajusta.
- Comienzan los problemas de sobrepeso. 1 de cada 5 jóvenes lo tiene.
- Las frutas y las verduras desaparecen de sus dietas.
- Hacen ejercicio pero no incorporan todo el hierro y el calcio que esta actividad le insume a su cuerpo *.
- Comen demasiados alimentos altos en grasa y azúcar.
El tema es poder ayudar a tus hijos a que coman comida saludable, o al menos variada, sin invadir su creciente independencia.
Sugerencias:
Pedile a tus hijos que te ayuden a planear las comidas, a cocinar y a preparar los alimentos. Estas actividades los estimularán a pensar en una dieta equilibrada.
Coman juntos, en familia, por lo menos 3 a 4 veces semanales.
Estimulalo para que coma verduras o frutas. Ofrecele una manzana o una barrita de cereal light para que lleve en su mochila. A media tarde un jugo de naranja exprimido le será más beneficioso que una gaseosa.
Traé alimentos saludables a tu casa. Tratá que las opciones que haya en la heladera sean verduras, frutas y jugos naturales y no comidas con grasa o azúcar y gaseosas. Los jóvenes hambrientos comerán lo que tengan a mano!
Sé un modelo para ellos. Comé correctamente. Los hijos adoptan los hábitos de consumo de sus padres.
Insitalo a desayunar. Cereales, frutas, yogurt descremado, leche o jugos naturales, barras de granola con poca grasa, son comidas rápidas y saludables para los jóvenes siempre apurados.
Ayudalo a construir una imagen positiva de su cuerpo. Comentarios agradables sobre el peso y la forma del cuerpo de su hijo le serán de mucha ayuda.
* Alimentos con calcio: leche, yogurt, queso, brócoli, espinaca. / Alimentos con hierro: carne con poca grasa, pollo, pan, cereales fortalecidos con hierro, verduras de hojas verdes.
