El consumo de alcohol en exceso nunca es recomendable, y menos durante la adolescencia, ya que implica muchos riesgos. Algunos son directos porque la ingesta de bebidas alcohólicas es peligrosa para tu salud. Otros son indirectos y están ligados a tu comportamiento luego de tomar.
Riesgos directos
- Dependencia. El alcohol es una sustancia adictiva que crea una dependencia similar a la de las drogas. Para un adolescente, además el riesgo es mucho mayor. Estudios realizados recientemente demostraron que un 47% de las personas que comienzan a consumir alcohol antes de los 14 años desarrollan una dependencia en algún momento a lo largo de su vida.
- Engorda. Por su alto nivel calórico, el alcohol nos hace recibir mucha energía de golpe. Si no se queman esas calorías en las horas próximas a ingerirlo las almacenaremos sin remedio en forma de grasa. Como el alcohol suele mezclarse con bebidas azucaradas con gas y se toma por las noches, un momento en que el organismo no necesita mucha energía, es fácil entender por qué engorda tanto el alcohol.
- Envejece la piel y genera más acné. Tomar deshidrata tu cuerpo y tu piel. Y la piel deshidratada envejece más rápido y favorece la aparición de arrugas y manchas. Además, produce un desbalance en el nivel de azúcar lo que repercute en la aparición de acné.
- Problemas sexuales. Puede provocar impotencia en los varones y alteraciones menstruales en las mujeres.
- Pérdida de memoria. El consumo frecuente tiene efectos en el cerebro, sobre todo en el caso de los adolescentes. No sólo provoca pérdida de memoria, también influye en la capacidad de concentración y, en general, en todo el proceso cognitivo.
- Provoca enfermedades. Hay trastornos muy graves como cirrosis, alta presión y algunos tipos de cáncer cuya probabilidad de sufrirlos aumenta con el consumo de alcohol
Riesgos indirectos
- Accidentes de tráfico. Una gran parte de los accidentes de tránsito entre adolescentes están relacionados con el consumo de alcohol y drogas. Tomar afecta tu capacidad de reacción. Debés ser consciente de que lo más seguro siempre será no beber cuando tengas que conducir.
- Embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual. La falta de control sobre uno mismo que provoca el alcohol puede llevar a tener relaciones sexuales sin la protección adecuada, provocando en ocasiones embarazos no deseados o el contagio de una enfermedad.
- Violencia. La euforia y falta de control que provoca el consumo excesivo de alcohol pueden llevar hasta conductas violentas. Es frecuente ver jóvenes alcoholizados en medio de peleas o de comportamientos agresivos, conductas que, en estado normal, no tendría.
Si tenés problemas con el alcohol o querés ayudar a un amigo, además de comunicarte con nosotros también podés llamar al:
0800-222-5462 Subsecretaría de Salud Mental y Atención a las Adicciones – SADA – Provincia de Buenos Aires –
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Además el Ministerio de Salud de Nación lanzó un nuevo número gratuito para que evacúes todas tus dudas.
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